Antes o después, periódicamente, todos los vehículos deben superar la inspección técnica de vehículos para seguir circulando. La finalidad de esta ITV es comprobar y validar que el auto se encuentra en unas condiciones técnicas mínimas para garantizar la seguridad de sus ocupantes, reducir la posibilidad de accidentes por causas tecnológicas y cuidar del medioambiente.
Muchas personas, antes de pasarla, deciden acudir a un taller de su confianza para realizar un chequeo pre ITV. ¿Hasta qué punto conviene hacerlo? Te lo contamos.
¿Y si no superas la ITV?
Antes de ahondar en la idoneidad de las revisiones previas, es importante contextualizar el asunto. ¿Sabes qué consecuencias tiene no superar una ITV?
Cuando el veredicto del taller homologado es negativo, se abre un abanico de tres posibilidades. En todas ellas, llevar el coche a
especialistas suele resultar inevitable:
- Si es una falta leve, obtendrás permiso para seguir circulando. Pero tendrás que subsanar el problema detectado y, desde luego, será constatado en la siguiente ITV. Normalmente, se reduce el plazo de nueva revisión a un único año.
- Si es una falta grave, tendrás que solucionar el fallo y volver a pasar la ITV. En consecuencia, deberás pagar una segunda revisión, amén del coste de la reparación requerida.
- Si las cosas se complican, podría darse el caso de inmovilización del vehículo, que dejara de ser considerado apto para circular.
¿En serio no te importa asumir este riesgo? Solo necesitas hacer una pequeña visita a tu taller de confianza para erradicar por completo esta posibilidad.
¿Qué son las revisiones pre ITV?
En los días previos a la inspección técnica de vehículos oficial de tu automóvil, te recomendamos llevar tu coche a un taller con mecánicos profesionales. Ellos se ocuparán de chequear, punto por punto, los aspectos que después se comprobarán en la ITV. De este modo, tendrás la tranquilidad de que todo está en perfecto estado. No solo eso: si se detecta cualquier
problema, podrán solucionarlo.
Así tendrás la total seguridad de que tu vehículo estará en condiciones impecables para superar la ITV, de forma que te evitarás duplicar su coste y otras sorpresas negativas.
Recuerda, por otra parte, que la mayoría de los fabricantes y los concesionarios recomiendan hacer, al menos, un chequeo mecánico al año. Si te organizas bien, incluso puedes hacer coincidir ambas revisiones. De este modo, sabrás que tu coche pasará la ITV sin problemas.
¿Qué se analiza en estas revisiones pre ITV?
Lógicamente, el plan de análisis de estos análisis mecánicos se ajusta a los criterios aplicados por las entidades oficiales que pasan dichas inspecciones técnicas. Estos son los aspectos contemplados:
- Documentación
. Tendrás que presentar y tener en regla toda la documentación exigida para la ITV. En concreto,
Tarjeta de Inspección Técnica del Vehículo, Permiso de Circulación y constatación de que la póliza del seguro
permanece activa. Un recibo del banco puede servir como comprobante. Adicionalmente, se comprueba el
número de bastidor. - Neumáticos. Son fundamentales para la seguridad vial y,
como es lógico, se analizan al detalle. En todo caso, la profundidad de su dibujo ha de estar por encima de 1,6
mm. Y, desde luego, los tamaños de las ruedas deben corresponder con las autorizadas para el modelo en
cuestión. - Sistema de frenos. Se encuentran al nivel de los neumáticos en
criterios de seguridad. La verificación se centra, sobre todo, en las pastillas y los discos, los cuales deben
estar equilibrados y realizar su trabajo a la perfección, todos de forma homogénea. - Luces
. Es otro elemento importantísimo que, en una pre ITV, se valora tan a fondo como en la ITV. Se
estudian todas ellas, se reemplaza cualquiera que esté fundida y se optimiza su reglaje. - Sistema de escape y evaluación de gases. Se analiza su estado y la emisión de ruidos por encima
de lo permitido, así como las emisiones de monóxido de carbono. - Niveles de los líquidos
. Es otro aspecto clave, por lo que comprobar que el aceite del motor, el anticongelante y el líquido
de frenos están en sus niveles es una cuestión básica. Suspenderás la ITV si no están bien, pero en una pre
ITV te los rellenarán de inmediato y adiós problema. - Suspensión. ¿Funcionan
bien los cojinetes, los amortiguadores, el paralelo de los ejes y las rótulas? Tras esta revisión, cumplirán sí o
sí los estándares exigidos. - Cinturones de seguridad. Se verifica que se sujetan
bien a sus puntos de anclaje y que se bloquean al tirar de ellos. - Elementos exteriores
. La ITV acepta pequeños desperfectos insignificantes, pero no los importantes en las lunas, los
retrovisores, los bajos, las puertas, la visibilidad de las placas de las matrículas, las ventanillas, etcétera.
Como ves, por tranquilidad, fiabilidad, seguridad y reducción de riesgos, te conviene pasar una pre ITV. ¡Te ahorrarás dinero si el coche presenta fallos significativos!
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